Honestidad...
Vamos a empezar con un cuentito. Una nena, chica, joven, "mujercita" con la blusa que sería vestido si le permitiera a su mamá y los pantalones de su hermano, se sienta ante un piano. Con apenas esfuerzo, pero esfuerzo al fin, lee ese idioma nuevo y mágico de puntos negros, blancas, fusas, semifusas y corcheas, coloraturas y armaduras, y de él saca una serie de notas, que se memoriza, y las toca. Y las toca de nuevo, y cada tanto lapifica, pero tras unos cuantos intentos logra tocarlo. Y a la vez siguiente se confunde en un apr de "lugarcitos" nuevos, epro al menos llega al final.
Aparece su hermano, al que tanto admira y adora, y le quiee mostrar su habilidad. La verdad, sí, tenía las manos veloces como un canario. Pero esos ojos de almendra la ponen nerviosa y no le sale.
Su hermano, con ternura, divertido, ríe y le pregunta por qué esa pieza toca las notas que toca. Le responden queedos ojos turbados.
¿Les gustó?
Si no, tienen razón, pero también hay algo que espero un par descubra. Mi punto era llegar a lae xplciación de que no se puede tocar "de moemoria" y sabiendo que es apretar tal, tal y tal teclas en un órden, porque el ritmo eventualmente va a dejar de existir, o cada aprte va a ser tocada de forma diferente, lo que significaría matar repetidamente la unidad de la obra.
Para tocar el íano, sí, eventualmente hay que saber qué tecla apretar. Con los ojos, en el momento en elque hay que saberlo.
Y hay que saber cómo se llama para írselo "cantando de antemano" a uno mismo.
Pero por sobre todo, saber de antemano cómo va a sonar, cómo queremos que suene.
Hay que saber de antemano qué vamos a crear, para crearlo.
La vida funciona igual.
Sí, te lo pongo grandecito para que se te grave. Es con todo mi amor.
La chica del cuento tenía un problema, y uno solo: Querer hacer algo antes de saber cómo hacerlo. Sí, sería tedioso, casi dolorosamente, ponerse a decir cada nota, con su duración/figura y moviendo el dedo que le corresponde, apra toda la obra, para saber que uno se lo sabe.
Y sobre todo, grabar modelos auditivos.
Pero aprendido así, se vuelve como andar en bicicleta.
En la vida pasa ma´s o menos lo mismo. No, no hay un "manual de la vida" como una partitura, que nso den cuando nacemos. Pero sí vamos pescando fragmentitos a lo alrgo de ella, y puede que eventualmente estemos a punto de completarla. Pero para poder sacar verdadero provecho de estos, hay que decirse con toda honestidad qué contienen y querer saberlo, verlo, lo entendamos o no.
Un pianista toca la sonata "Facile" K.545 (escuchen: http://www.youtube.com/watch?v=JcUh-ggBfzI) antes de entender su composición armónica, tonal, rítmica... Pero tocándola con HONESTIDAD la empieza a comprender.
Lo mismo pasa con la vida. Uno, primero, teine que serse honesto. Poder decirse "no me gusta que me traten así", "no me gusta lo que estoy haciendo", etc. antes de reaccionar a ello como si no tuvieramos que decirnos estas cosas, porque s´pi, puede que por instinto natural reaciionemos bien de casualidad, pero no se peude confiar en ello, y un día en el que nos hayan tocado particularmente las cuerdas sensibles del corazón antes de eso que no nos gusta... ¿Les suena el Vesubio? No, a ese tampoco nadie lo esperaba.
Después, hay que ser honestos con los demás. de anda nos sirev ni les sirve, no saber lo que realmente nos pasa hasta que sólo queda ver las consecuencias. Y sí, si lo que hay que decir no es lindo, con más razón. Difícilmente estas cosas que uno no se dice sean las que más agradables y acogedoras nos resultan.
Pero les juro, LES JURO por la Casa de Mozart, la Konzerthaus y miles de otros lugares peciosos, que ayuda. Mucho.
Me arriesgaría a decir que es una de las llaves a la felicidad, por trillado que suene :)
Puede que no supieran que Mozart tenía una hermana, Nannerl, también música, que se vio tapada por la grandeza de su hermano y, muchos dicen, es probable pero no vamos a acusara nadie, pro discriminación de género.
De cualqueir forma, me apreció una imágen más interesante para poner :)
