Quiso escribir una carta, y se encontró con que no tenía nadie a quién dirigirla. Tomó el papel, lo dobló, lo hizo avión y se fue a volar. Siempre pensó como le gustaría viajar.
Quiso escribir una carta, y se dio cuenta de que no tenía a nadie a quién mandarla que la fuera a leer. Tomó su pluma y compuso un salmo.
Tras años de acumular incontable sabiduría, quiso transmitirla a la persona más importante en su vida. Tomó el papel y escribió un libro.
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