V i v o p o r q u e e x i s t e l a m ú s i c a, s e n c i l l a m e n t e.

So che capirete. Io vivo per la musica.

9.10.10

Tengo ganas de escribir + tiempo libre + my heart beats way too fast =

Día.

(Esto es tan bizarro)
Mientras ese par de aves que tu imaginación acaba de inventar dansan, en este preciso momento, tu estás caminando sobre ladrillos carmín ordenados en el más perfecto desorden. Bailas la coreografía de un ritmo divinamente marcado por algún instrumento o ser superior a todo con tus pasos; el universo entero es tu pareja. Es aquella pareja que te mira sin mirarte, pero dejandote saber sin lugar a la menor duda que tiene sus ojos de medialunas extrañísimamente semiabiertos clavados en ti, brillando como jamás los has visto brillar, aunque trate de mostrarte su nuca y pretender no observar con atención cada uno de tus pasos. Sabe que estás ahí y eso que quiere hacer contigo.
Ahora, esta adrenalina nueva que acabas de descubrir que siempre existió en cada pedazo de tu corazon te comprime el alma y expande tu espíritu, contradictoriamente provocándote sensaciones que creíste jamás experimentar en la realidad. Sentimientos, reacciones imposibles de traer a flor de piel por ningún ser como tu.
Aunque ahora tu estás elevado y ya no tiene caso compararlos.
Miras todo lo que tienes a tu alrededor con la mayor de las atenciones, y no ves nada cuendo distingues todo. Te admiran todos los seres aunque en ese lugar no haya ninguno. El sol es la omnipresencia que te rinde homenaje a la vez que te baña en delgadísimo oro del más alto valor.
A lo lejos, la divisas.
Está parada allí en la distancia, donde el terreno que sube también baja, pisando ladrillos de oro, barro y sangis dei, descalza, imponente, sagrada. Un vestido de cuerpos de flores la envuelve y ondea con el viento que no está soplando. Ella está en todos lados, pero sigue parada allá adelante. Hermosa, paralizada.
Envuelto como estás en esa paz eufórica, no notas la tristeza en su rostro.
Corres hacia ella, porque es auqello por lo cual darías todo ahora mismo y en tu vida, lo que más quieres.
Cada paso que das la aleja, mas tu felicidad te hace seguir intentando y parece que por moemntos algo avanzas, aunque sean meros milímetros.
De golpe está frente a ti, más es ella una puerta de cristal ahumado, a travez de la cual la vez, con su vestido de cadáveres de pétalos, parada sobre una colina de muerte, dolor y falta de color.
Te asomas un poco más, y con eso el marco de la puerta se encoje. No demasiado, sólo lo suficiente para hacerte notar el efecto de tus movimientos en esas pulidas líneas también doradas.
Entoncces la observas otro rato, sin dejar de recordar el calor del sol y la felicidad que tienes sobre tu espalda para no perdete en esa húmeda imagen de descontento frente a tus pupilas marrones. Siempre te gustó su color nuez, aunque llamaran poco la atención y no cumplieran demasiado con los canones de belleza que tenían los que solían habitar contigo la realidad.
Finalmente decides dar media vuelta, preocupándote por recordar cada cosa que ahora si ves tal como es. Ahora mismo no puedes hacer nada, nada por ella o con ella.
Por algo jamás lo has admitido; Además ella tampoco quiere que lo digas en voz alta, a pesar de que jamás hayas podido asegurarte o rechazar la teoría de que es miedo lo que esconde ese rostro de ángel camuflado al contestar sin rastros de un rencor eterno.
Estás tranquilo.
Ella está perdida, tu no querrías que nadie más la rescatara y ella lo sabe. Empero, no quiere que la rescates.
Oir ahora la escucharás, vuelve  licuar tus pensamientos en una vorágine de luz sin gravedad.

(P.D: Sí, nombre de canción de Belinda. Yo también me pregunto qué carajo me pegó en la cabeza)

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