Si, ya lo sé, cómo mil veces anteriores... Perdón por decir perdón.
Pero lo sé, debería haber estado ahí, llamado, mandado un
mensaje, aparecido por la chimenea, lo que sea... Y no lo hice. No... No pude serte de ayuda y detesto eso, es la pura verdad. Soy una exagerada generalmente, pero esta vez lo que me da muchísima rabia es el hecho de que quería hacerlo, lo planeé, lo pensé, lo consideré, lo anhelé... Y ahí está el problema, pensé tanto en eso que mi defensa paupérrima contra las dudas no resistió, se quebró y comenzamos de vuelta: "¿Y si no quiere qu
e llame?" "¿Y si no sé qué decir?" "¿Y si molesto?" "¿Y si es un mal momento?", etc...
Así como por los comentarios anti.yo que varias veces me salen, ahora tengo que pedirte perdón por tampoco tener la fuerza para convencerme de que debería hacer una llamada telefónica, incluso cuando tengo un motivo tan perfectamente valedero como sos vos...
Por eso ahora me toca suplicar perdón, y taparme la cara de vergüenza por la personalidad que engo y aunque pasan los años no termino de reparar.
Perdón, amiga... Te puedo llamar así ¿Verdad? Espero, suplico, ansío poder...
Perdón. Me lo merezca o no, por favor.
Perdón...
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Jugadas.