Una gota de lluvia. La sencilla formación de una molécula con dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno, uniéndolos, atraída hacia otra, casi inevitablemente, por fuerzas ya decididas antes e que la misma existiera, incluso si sus moléculas tuvieses millones de años, o acabasen de formarse gracias a la fragmentación de otras ínfimas piezas cual ella.
Una forma curiosamente ignorada. Podía morir y renacer interminables veces, pero no lo notaba. Podía ser partida hasta la más básica expresión de su ser, volver a formarse, todo gracias a la deliberada o inocente acción de la temperatura. Hasta la luz podía matarla, o hacerla renacer... si ella gozase de la noción de lo que es la "vida", o lo que aquellos seres que tanto dependen de ella para existir pero poco la valoran llamarían vida.
Sin embargo, ella está excenta de este dolor. O de esta emoción, o incertidumbre. El amor y el odio, no le significan nada, pues la misma nada no le significa nada, ni todo lo significa todo,o todo le significa nada...
Nada puede decirse sobre ella, y sin embargo lo es todo. Aunque sea vista como nada.
Su historia, interminable. Recorrió toda clase de lugares, acarició cada superficie, sin saberlo. Recibió las alteraciones producto de acciones ajenas con la docilidad de aquel que no tiene como escapar a los designios de la naturaleza, o no se interesa en conocer como puede hacerlo.
El origen de su más reciente formación líquida, incluso, alberga una historia digna de una novela. Y de una bien escrita, lo que es decir mucho más, o tal vez nada... Hay quienes creen que no importa lo que se cuente sino cómo, aunque a ella poco le afecte cualquier filosofía.
Desde el instante en que escapó, gracias a la intensidad de la luz solar, por la madrugada, y una ventana rota en los arranques de una pasión, de un desengaño de corazones rotos, del charco del que había formado parte una de sus moléculas, la que luego se unió inevitablemente a otras semejantes (O al menos semejantes desde el punto de vista de quienes jamás podrán entenderla pero creerán hacerlo, simplemente por superarla en tamaño y debilidad) la historia ay poseía un tinte trágico.
Había escapado al cuerpo de una joven, debido al amor de esta. Y a una herida más allá del sangriento derrame físico, y a la desesperación ante todo aquello que ella no tenía. Hasta la gota hubiera considerado a la historia la más intrigante y conmovedora... Sin embargo, eso no importa. No cuando la historia, es sobre una gota de agua.
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