Hace unos minutos logré vencer la paja que me impedía intentar hacer click en un vínculo para tratar de lograr que Blogger me dejara entrar a un blog que sigo pero al que hace tiempo no podía acceder. Y funcionó, como estaba casi segura d que iba a funcionar pero nunca había extrañado lo suficiente leer ese blog como para tomarme la molestia de clickear las letritas azules (osea nunca estuve tan al pedo, ahora sí).
Cuestión, no sé si será que la abstinencia me hizo revalorar esas entradas considerablemente más largas que las de la mayoría de los otros blogs (lo que no significa que sean mejores, pero cabe destacar al menos este detalle) o que la pegamos coincidiendo esta vez, me gustaron bastante las últimas 2 entradas.
También lleguñe a notar un cambio pequeño parecido al que yo misma hice hace unos días, sólo que con unas 2000 bein ganados números más. Ajam, un contador de visitas.
Y se sabe que ese blog tiene bocha de lectores y, es obvio, también bastantes seguidores para un "imberbe, pendejo". Lo que siempre (osea, las veces que entré) me llamó la atención y ahora confirmé, es que a pesar de las miles de "lecturas" que andá a saber si son o no completas, casi nunca hay comentarios en las entradas. O no que yo los haya visto, al menos...
Hay 2 acá, 2 allá... Pero me parece que, sobre todo cuando el blog se trata sobre opiniones acerca de este ovillo continuo y rarito al que llamamos vida, podría haber más, ¿no?
¿Será que tenemos poco para decir?
O por ahí significa que el autor escribe opiniones a las que no hace falta agregar nada...
Andá a saber, a mi todavía no se me cruza un pensamiento inteligente que decir.
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Jugadas.