Lo anhelás desde andá a saber cuándo ¿No? Y aún si te acordás en detalle del momento en el que notaste cuánto adorabas eso, no cambia el que hayas acudido como era de eseprarse con toda el ansia del mundo a contemplarle, admirarlo...
Y tenés razón; aparte de ser y sentirse como un sueño hecho realidad, es un tesoro tan peculiar.
Sí, es una belleza exótica, pero aparte es accesible.
Ok, es verdad, no lo vas a encontrar en ningún otro lado. Sí, tu única posibilidad es atreverte a agarralo con tus propias manos, alnzarte, ahora o nunca, pero podés hacerlo.
No hay una barrera de cristal infranqueable; ninguna reja te impide el paso; no hay guardia entre ustedes, porque no está mal que lo tengas...
Lo único que los separa es una cinta, sostenida delicada, ligeramente por dos sencillos postes brillantemente inútiles.
Una gruesa mas suave cinta de terciopelo escarlata, técnicamente incapaz de detenerte.
Técnicamente, porque de todas formas lo hace.
Sencillamente podrías saltarla, o incluso desengancharla y pasar... Pero no lo hacés; algo más allá de lo físico y lógico te detiene.
En esa cinta, en esa engañosa superficie tersa están bordados, con hilo finísimo, todos tus miedos, todos tus temores de perder algo por conseguir otra cosa. De ser juzgado, de ser malinterpretado, de caer en las garrras de "eso" que pueda arruinarte de una vez y para siempre...
De que tus amigos te abandonen.
De que nadie te comprenda ni acepte.
De que no te amen nuca más si cruzas esa línea de tu suplicio.
Claramente olvidaste que las únicas 2 cosas definitivas en este mundo son el amor y los sueños, y que sólo tu eres dueño y responsable de tu vida...
¿Lo intentarás esta vez?
Ya vas a tener tiempo de arrepentirte cuando tu oportunidad de todo lo demás haya pasado. ¡Luchá!
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