Es decir, muchos ya lo dijeron, andá a saber quién fue el primero: Nadie nace sabiendo y por eso hay que estudiar. Es ahí cuando (se pone el disfraz de nerd) "hay que valorar los libros porque son una invaluable fuente de conocimiento que hace unos siglos no se podía disfrutar y estaba reservada a ciertos miembros de una reducidísima elite que tampoco accedían a todo el conocimiento, si no a partes, y siempre desde puntos de vista sujetos a su condición espacio-temporal." (me saco los pantalones demasiado arriba y los tiradores pero me quedo con los anteojos extra gruesos porque están cool, che).
Pero -dejando de irnos por las ramas- hay cosas que no aparecen en los libros.
¿Y ahí qué hacemos?
Sí, seguro, yo también me diría "y ahí hay que laburar cualquiera de los otros métodos que hay para saber eso que no viene en libros.
Varias veces me dijeron que lo que realmente te hace amigo/a de alguien es poder dejar a esa persona saber todo aquello sobre vos que no aparece en los libros.
No estoy en desacuerdo, sólo...
Sólo no sé.
¿Qué se hace cuando a una simplemente no le sale saber nada sobre alguien a quien aprecia muchísimo?
Osea, cuando intentás por mil caminos diferentes y sentís ni bien das un paso en la nueva dirección, que no es la correcta, pero no encontrás la que lo sea.
A eso se responde que hay que ser uno mismo, es verdad...
Pero en toda relación hay algo de tira y afloje.
Normalmente, al principio de la relacion uno se banca todo y lo mismo pasa con el otro, para conocerse, y después, con todo el peso, con los simientos se esos primeros momentos, se pasa a lo siguiente.
También hay personas que tienen la capacidad de saltarse este paso e ir más que bien...
Ahora, de las que hablo, no saben qué hacer cuando no cuentan con una oportunidad de película yankee para conocer al otro.
Y en fin, toda esta entrada es sólo para hacerse la eterna pregunta...
¿Bastará con intentarlo a todo pulmón?
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Jugadas.